Introducción
La alta sensibilidad es un rasgo de la personalidad, no es un trastorno ni una enfermedad. Como la vivamos e integremos desde la infancia hasta la adultez influirá en nuestra forma de ser y comportarnos.
El descubrimiento y estudios sobre el rasgo son relativamente recientes, por lo que hace unos años al no disponer de esta información, no se podía actuar a nivel de aulas o en la educación que parte desde casa. Por lo que, habrán hogares que habrán respetado y valorado la alta sensibilidad en sus hijos, hermanos, pareja, compañeros o amigos, y en otros, en los que se habrá infravalorado y calificado de poco valiente, poco atrevido, tímido o muy sensible.
Las personas altamente sensibles que han canalizado su sensibilidad de forma positiva, son personas más estables psicológicamente. Se conocen mejor y muestran su sensibilidad siendo creativos, apasionados, empáticos y no piensan que sea algo que deban esconder o minimizar, ya que no les hicieron sentir esto. Muchos de ellos son artistas, psicólogos, trabajadores sociales, maestros, voluntarios, etc.
Sin embargo, hay más personas que lo han vivido de forma negativa y, por tanto, han podido desarrollar trastornos psicológicos, no a causa del rasgo en sí, sino como consecuencia de no haber sido entendido o valorado respecto a su autoconcepto de persona altamente sensible. Muchas personas no han podido vivir y mostrar su sensibilidad libremente. Por el contrario, han sufrido incomprensión, burla, intolerancia, bullying, dolor, soledad…
La alta sensibilidad puede derivar en trastorno psicológico por cómo vivimos nuestra infancia o por cómo gestionamos a día de hoy la alta sensibilidad. ¿Te escuchas? ¿Atiendes tus necesidades? ¿Sabes qué necesita tu cuerpo en cada momento? ¿Sabes poner límites? ¿Estás somatizando tu estrés en forma de enfermedad física?
Me gustaría que hicieras una pausa para poder responder estas preguntas de forma calmada y consciente. Dite verdad, dedícate el tiempo que mereces querida PAS.
¿Qué es un trastorno psicológico?
Podríamos definir un trastorno psicológico como un patrón de síntomas psicológicos o de comportamiento que afectan a varias áreas de la vida y/o crean alguna clase de malestar emocional significativo en la persona que lo padece. Habitualmente los trastornos mentales van asociados a una incapacidad, ya sea social, laboral o de otras actividades importantes que no permiten hacer una vida normal.
Como definición:
“Un trastorno mental es un síndrome caracterizado por una alteración clínicamente significativa del estado cognitivo, la regulación emocional o el comportamiento de un individuo, que refleja una disfunción de los procesos psicológicos, biológicos o del desarrollo que subyacen en su función mental.”
Algunos de los trastornos que pueden sufrir las personas altamente sensibles son la ansiedad generalizada, estrés postraumático, trastorno obsesivo-compulsivo y especialmente, los trastornos del estado de ánimo que veremos a continuación.
¿Qué es un trastorno del estado de ánimo?
Se entienden por trastornos del estado del ánimo al conjunto de estados de ánimo extremos o patológicos que dificultan la adaptación a la vida diaria de la persona. Provocan un profundo sufrimiento, alterando su forma de percibir el mundo, lo que ocurre a su alrededor y la relación con las demás personas.
Dentro de los trastornos del estado del ánimo, depresivo y bipolar, podemos encontrar algunos de los trastornos mentales con mayor incidencia y prevalencia a nivel mundial.
La ansiedad (trastorno de ansiedad generalizada) no es un trastorno del estado de ánimo. Sin embargo, la ansiedad suele preceder o coexistir con éstos.
¿A quién afectan?
Los trastornos del estado de ánimo pueden afectar a cualquier persona, incluidos niños, adolescentes y adultos.
¿Cuáles son los síntomas?
Cada trastorno del estado de ánimo tiene diferentes patrones de síntomas, pero suelen afectar al estado de ánimo, el sueño, las conductas alimentarias, el nivel de energía y las habilidades de pensamiento (como pensamientos acelerados o pérdida de concentración).
En general, los síntomas depresivos incluyen:
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- Sentirse triste la mayor parte del tiempo o casi todos los días.
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- Falta de energía o sensación de lentitud.
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- Sentirse inútil o sin esperanza.
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- Pérdida de interés en actividades que antes gustaban.
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- Pensamientos de muerte o suicidio.
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- Dificultad para concentrarse.
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- Dormir demasiado o muy poco.
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- Pérdida del apetito o comer en exceso.
Y los síntomas de los episodios maníacos o hipomaníacos, en general, incluyen:
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- Sentirse extremadamente energizado o eufórico.
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- Habla o movimiento rápido.
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- Agitación, inquietud o irritabilidad.
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- Comportamiento arriesgado, como gastar más dinero de lo habitual o conducir de manera imprudente.
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- Pensamientos acelerados.
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- Insomnio o dificultad para dormir.
¿Qué causa los trastornos del estado de ánimo?
Los investigadores creen que varios factores contribuyen al desarrollo de los trastornos del estado de ánimo, entre ellos:
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- Factores biológicos: las áreas del cerebro encargadas de controlar tus sentimientos y emociones son la amígdala y la corteza orbitofrontal. Se ha demostrado que las personas con trastornos del estado de ánimo tienen una amígdala agrandada en pruebas de imágenes cerebrales.
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- Factores genéticos: las personas que tienen un fuerte historial familiar de un trastorno del estado de ánimo tienen más probabilidades de desarrollarlo.
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- Factores ambientales: cambios de vida estresantes como la muerte de un ser querido, estrés crónico, eventos traumáticos o el abuso infantil son factores de riesgo importantes para el desarrollo de un trastorno del estado de ánimo, especialmente la depresión.
Terapia en los trastornos del estado de ánimo
La psicoterapia también llamada terapia de conversación, debe ser aplicada por un profesional de la salud mental, el psicólogo.
En las sesiones de terapia aprenderás y pondrás en práctica herramientas para la mejora del estado del ánimo. Aprenderás a relacionarte con tus pensamientos negativos y tus emociones para gestionarlos de manera adecuada.
Durante la terapia psicológica trabajaremos la intervención en tres áreas: los pensamientos, las emociones y el comportamiento. Modificar ciertos aspectos en cada una de éstas áreas permite una mejora progresiva en tu estado emocional y recuperar la dinámica de tu vida.
La terapia psicológica es fundamental en el tratamiento de los trastornos del ánimo y ha demostrado que tiene al menos la misma eficacia que el tratamiento farmacológico.
Espero que esta información te sirva para aclarar que la alta personalidad no es un trastorno, sino un rasgo de la personalidad, pero que si nos genera un malestar significado, debemos aprender a gestionarlo y conocer en profundidad que necesitamos para evitar que a la larga pueda desembocar en un trastorno de ansiedad o del estado de ánimo como hemos visto.
Te recomiendo la lectura del artículo “Los 6 desafíos que enfrentan las personas altamente sensibles”.